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Alfredo García pondera en el Congreso de Estudiantes de Química de la ULL algunos mitos sobre la energía nuclear

miércoles 19 de abril de 2023 - 14:16 GMT+0000

El divulgador científico y operador en la central nuclear de Ascó (Tarragona) Alfredo García ha participado hoy, miércoles 19 de abril, en el XVIII Congreso de Estudiantes de la Sección de Química de la Universidad de La Laguna. El ponente se ha convertido en una figura popular en Twitter gracias a su cuenta @OperadorNuclear que posee 201.000 seguidores, en la cual resuelve dudas sobre esta energía no exenta de polémicas. De hecho, su ponencia ha consistido en dar respuesta a 43 mitos existentes sobre esta fuente de generación, en tono divulgativo y apoyado en datos avalados científicamente.

En general, la ponencia ha querido refrendar la idea de que la energía nuclear bien gestionada pude ser una alternativa más ecológica, segura y eficiente tecnológica y económicamente que la generación mediante combustibles fósiles e, incluso, algunas fuentes renovables. También criticó la posición de España y Alemania, países que planean desmantelar sus centrales nucleares mientras que en el resto del mundo se aboga por construir de centenares de estas instalaciones.

Así, entre otras cuestiones, señaló que hay estudios que demuestran que no hay una mayor prevalencia del cáncer en las poblaciones con centrales nucleares y que tampoco es peligroso que existan cultivos cercanos, ni hay afecciones en la flora y fauna. En Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) realiza controles continuos con millares de muestras de todo tipo en estas áreas (algunos de ellos semanales, como en el caso de productos como los huevos y la leche), que aseguran esa ausencia de contaminación nuclear.

García también abordó accidentes nucleares célebres como los de Chernóbil y Fukushima. Sobre el primero, reflexionó que, del mismo modo que el accidente aéreo de Los Rodeos no implica que todos los vuelos sean inseguros, un suceso como el acaecido en la población ucraniana no supone que se vaya a volver a producir algo similar, como de hecho demuestra la propia historia. Explicó que el famoso incidente es prácticamente irreproducible en la actualidad, pues las centrales, su diseño y sus medidas de seguridad han evolucionado mucho. Además, apuntó a un estudio de Science que no encontró daños en el ADN en la descendencia de progenitores expuestos a la radiación de Chernóbil antes de su concepción.

En cuanto a la catástrofe japonesa, el ponente denunció que existe mucha desinformación al respecto. Por ejemplo, se habla de que hubo 20.000 muertos, cuando lo cierto es que esa cifra de corresponde a víctimas del tsunami que provocó el accidente en la central nuclear, pero que no hubo ninguna defunción relacionada con la radiación. Asó lo concluyó el informe del Comité Científico de Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR), que afirma, si bien se trató de un desastre, no tuvo víctimas.

También criticó que circula mucho por la red un gráfico que supuestamente muestra la expansión de la radiación de la central de Fukushima, cuando en verdad muestra es la expansión y altura del tsunami. Igualmente, ofreció datos de que los vertidos al Océano Pacífico de este incidente han sido mucho menores que el de otros sucesos como, por ejemplo, las pruebas nucleares en las mismas aguas en los años 40.

En tono jocoso, señaló que ningún operador de central nuclear podría ser inepto como el célebre Homer Simpson porque todas las personas en ese cago deben poseer una ingeniería que les asegure conocimientos generales de física, química y matemáticas y, posteriormente, pasar por una formación específica de tres años, que incluye exámenes eliminatorios semanales en los que se aprueba con un 8.

Otros mitos recurrentes son los que relacionan la existencia de centrales nucleares con la proliferación de armamento atómico. García explicó que, efectivamente, los primeros reactores se crearon con fines miliares… al igual que las gafas de sol, que eran para los pilotos de cazas, o el radar, y nadie se escandaliza por ello. Pero en realidad, no existe tal correlación, como lo demuestra el hecho de que la gran mayoría de países que poseen centrales, como por ejemplo España, carecen de armas nucleares y, al contrario, países que sí disponen de este arsenal, carecen de centrales para generación de energía, como es el caso de Israel y Corea del Norte.

Además, sobre esto añadió que en los últimos tiempos, las políticas de desarme han propiciado la reutilización de las cabezas nucleares bélicas como combustible para las centrales nucleares civiles. Recordó como ejemplo el programa “Megatons for Megawats”, a través del cual Estados Unidos adquirió 20.000 cabezas de la antigua Unión Soviética para su uso en centrales.

El ponente también contestó el mito de que las centrales están viejas y deterioradas, señalando que, en primer lugar, estas instalaciones están en continuo proceso de mantenimiento y reforma y, en segundo lugar, están diseñadas para operar durante, como mínimo, 40 años, pero ya hay países que han previsto su uso hasta los 60 e incluso 80 años. Es más, explicó que cuanto más antigua es la central, los datos demuestran que son más eficientes y, por otro lado, recordó que el alto coste económico que supone construirlas se amortiza, precisamente, a través de su uso a largo plazo.

Sobre los residuos, aseveró que el depósito subterráneo a suficiente profundidad no supone peligro de contaminación del suelo y, de hecho, ya hay países como Finlandia, Suecia, Francia y Canadá están construyéndolos o planean hacerlo. Recordó la insólita existencia de un reactor natural en Oklo (Gabón), un yacimiento de uranio en donde hace miles de años se produjeron reacciones nucleares de manera natural y, sin embargo, en su superficie “reina la vida”.


Archivado en: Alumnado, Destacado, Facultad de Ciencias, Investigación, Portada ULL

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