Estudiantes de la Universidad de La Laguna relatan sus experiencias en China, México, Brasil, Argentina o Cabo Verde, gracias a las prácticas de cooperación internacional convocadas por la institución docente. Todos remarcan el altísimo valor de estas vivencias, que han supuesto un hito en sus vidas y en su futura trayectoria profesional.
Hoy 29 de noviembre el Vicerrectorado de Internacionalización y Cooperación ha celebrado una jornada para conocer los frutos de estas experiencias, financiadas con apoyo del Cabildo Insular de Tenerife, observar aspectos de mejora y, además, trabajar con entidades del tercer sector para fortalecer la cooperación académica que presta la institución universitaria.
Estos son algunos de los propósitos destacados por el rector, Francisco García, en la presentación de este evento. “Este programa responde a muchos de los retos de la universidad pública, como son la promoción de una mayor equidad y justicia social, además de fortalecer la formación práctica internacional de nuestros estudiantes”, aseguró.
En el mismo sentido se pronunció el consejero de Acción Exterior de la corporación Insular, Pedro Afonso, quien aseguró que esta quincena de estudiantes ha vivido ‘un baño de realidad’, al enfrentarse a contextos muy diferentes al de nuestra acomodada vida occidental, con la posibilidad de conocer entornos más diversos, con otras claves culturales y otros valores. Afonso valoró la colaboración entre administraciones públicas para hacer que esto sea posible, además de señalar que hoy la Universidad de La Laguna está plenamente abierta y conectada con el mundo.
La vicerrectora apuntó por su parte que han estado en todo momento en contacto con el alumnado, ayudándole en sus lugares de destino y ofreciéndoles todo el apoyo posible, dijo. Inmaculada González también apuntó que esta nueva perspectiva internacional de los estudiantes les acompañará el resto de sus vidas.
Los cinco estudiantes que pudieron acudir a la sesión así lo manifestaron. Todos están sumamente agradecidos por esta oportunidad que ha marcado sus vidas y que ha supuesto un punto de inflexión que les ha hecho madurar, valorar nuevas ópticas sobre el mundo en que vivimos, aprender nuevos contextos laborales y manejarse en situaciones no siempre cómodas.
Gabriel Jaimes realizó una estancia en la Universidad Católica Andrés Bello, de Venezuela, donde llevó a cabo un estudio acerca del asociacionismo canario. Su viaje le pilló en medio de una reciente crisis diplomática de ese país con España, lo que no resultó sencillo, dijo. Con todo, la experiencia le ha resultado muy enriquecedora, contactó con varios colectivos y pudo comprobar cómo muchos de ellos mantienen algunas tradiciones de las islas. “Hay que ir con la mente abierta, sabiendo que vas a aportar, pero siendo cautelosos y respetuosos con la cultura que te encuentras”, señaló.
Santiago García optó por la Cámara de los Diputados de la Nación de Argentina, en calidad de asesor en políticas LGTBIQ+ para el activista y diputado Esteban Paulón, aunque en realidad lo hizo sobre los derechos humanos en general. Se trató de un proyecto complejo, dijo, sobre el que no hay un
único proyecto, sino diferentes visiones.
Jorge Martín fue a la Universidad de Cabo Verde, en la isla de Santiago, para trabajar en la caracterización de dos bacterias que provocan serias diarreas en la población infantil. “Al principio iba con mucho miedo, me advirtieron de que no saliera de noche y me moviera con cuidado, pero luego vas cogiendo confianza y te integras en el país”.
Jorge destaca la simpleza como forma de vida, en un lugar en el que viven al día, dijo. Estas prácticas internacionales le han hecho mella, “porque es un enorme choque cultural con nuestro modo de vida”. También apuntó que iba de la Universidad de La Laguna con unos conocimientos muy amplios acerca de su materia de estudio, pero que de todas formas se sintió muy bien acompañado por el profesorado caboverdiano y por su tutora, lo que le procuró una experiencia muy gratificante.
Un mundo aparte es China, donde estuvo Álvaro Pulido, haciendo prácticas en una empresa en la ciudad de Chengdú, en pleno centro del país. La barrera idiomática fue casi insalvable, dijo, porque muy poca gente habla inglés. Ingeniero Agrícola, se incorporó a una empresa de eficiencia hídrica de cultivos y nutrientes, y quedó muy asombrado del grado de tecnificación y modernización del mundo rural. “Era el único no chino de la empresa y,
pese al idioma, todo fueron facilidades”. Álvaro sostiene que a estos lugares hay que ir sin miedo, aprendiendo de los demás, y encima se trata de una sociedad muy abierta y acogedora. “la gente hasta me paraba por la calle para sacarse fotos conmigo0 por mi barba”, algo completamente inusual en la ciudad asiática.
En el estado brasileño de Ceará estuvo Alfredo Pazmiño, vinculado a una universidad especializada en la integración de la población africano-brasileña,
donde el 80% del alumnado proviene del continente negro y está 100% becado. La experiencia no pudo ser más enriquecedora en el ámbito académico y cultural, ya que Jorge se integró plenamente en la cultura del lugar y formó parte de ritos y celebraciones varias. Reconoce la dificultad de que este alumnado vuelva a sus países de origen, muchos de ellos estados fallidos donde no hay ninguna clase de futuro.
La última en intervenir fue Patri Sánchez, del Máster en Estudios de Género y Políticas de Igualdad, que sufrió y disfrutó a partes iguales en su experiencia mexicana, primero en Ciudad de México y luego en el estado de Chiapas, trabajado con comunidades muy vulnerables y muy azotadas
por la violencia, la pobreza y la degradación social, pero, al mismo tiempo, enormemente libres, dijo. “Esto me ha cambiado la vida, es la experiencia más estimulante que he tenido nunca”, afirmó. Trabajó con personas presas, con asociaciones que protegen a niños y niñas que están en la calle y con prostitutas. “La gente está todo el día en la calle, luchando por sobrevivir”.