Con motivo de la reciente celebración del Día Mundial de la Propiedad Intelectual, reflexionamos sobre la situación actual de este debate, fuertemente marcado por el surgimiento de nuevas tecnologías y su impacto en el desarrollo de las artes, la innovación y la creatividad humana. Esta conmemoración, instaurada en 2000 por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), tiene como objetivo promover una comprensión más profunda de la propiedad intelectual y la necesidad de un sistema equilibrado de reconocimientos y derechos que reconozca y recompense a inventores y creadores por su trabajo, al mismo tiempo que impulsa el avance de las artes y la innovación tecnológica.
La invención de la imprenta en el siglo XV desató la primera contienda sobre los derechos de autor y la propiedad intelectual, al reconocer la naturaleza intangible de las obras y la necesidad de regular su explotación económica. A lo largo de los siglos, han sido los avances tecnológicos los que han seguido impulsando estos debates, tanto en el ámbito jurídico como moral. En los últimos años, la expansión de la banda ancha, que multiplicó exponencialmente el acceso a información y contenidos, y, más recientemente, la aparición de aplicaciones generativas de contenido ha intensificado las discusiones sobre los límites y desafíos en esta materia.
En 2020, el Parlamento Europeo abordó esta problemática en su Informe sobre los derechos de Propiedad Intelectual para el desarrollo de las tecnologías relativas a la inteligencia artificial (IA). Este documento planteó cuestiones sobre la titularidad, la condición jurídica de las personas inventoras y la compensación justa para creadores y creadoras, cuyo trabajo alimenta el entrenamiento de estas tecnologías. También destacó la necesidad de un marco regulador flexible que abarque tanto los retos actuales como los futuros.
Ya en 2024, el Parlamento Europeo adoptó el Reglamento (UE) 2024/1689, que establece normas uniformes en relación con la inteligencia artificial. Este reglamento obliga a los proveedores de IA a garantizar la transparencia de los datos utilizados en el entrenamiento de sus modelos y a implementar políticas que permitan a los titulares de derechos ejercer su derecho de exclusión. Además, en agosto de 2025 entrará en vigor la Ley de Inteligencia Artificial de la UE, la primera regulación exhaustiva de la IA a nivel internacional, que marca un paso importante en la búsqueda de mecanismos para adaptar el marco normativo actual a las nuevas realidades tecnológicas
Nuevos desafíos de las aplicaciones generativas de contenido
Según Luis Javier Capote Pérez, profesor del Departamento de Disciplinas Jurídicas Básicas de la Universidad de La Laguna, “el principal problema surge al tratar de identificar los usos que se hacen de las obras para generar otras y las medidas que se deben adoptar en esos casos». Señala que uno de los principales desafíos en el tratamiento legal de la propiedad intelectual radica en mantenerse actualizado respecto al funcionamiento y la titularidad de los resultados generados por este tipo de aplicaciones. Reconoce que este tema genera profundas controversias y dudas, pero es crucial partir de la premisa de que la regulación siempre va a ir por detrás de los cambios que se producen en el día a día y, por lo tanto, es necesario considerar las variables en profundidad y explorar mecanismos y opciones que permitan adaptar la normativa a estos nuevos usos.
Capote también subraya que las aplicaciones generativas de contenido han introducido un nuevo capítulo en un debate que es antiguo. «La evolución tecnológica ha permitido la incorporación de nuevas formas de creación de contenido a la regulación, algo que ha ocurrido con cada nuevo avance tecnológico. Destaca las controversias surgidas acerca de los programas de edición de imágenes, tras cuya aparición también se llegó a debatir si las obras creadas con estas herramientas podían considerarse arte original y, por ende, ser protegidas».
Capote considera que el principal desafío que enfrenta el Derecho en la actualidad es el uso de obras originales como datos para alimentar los sistemas de generación de contenidos en su proceso de creación. Señala que, si bien ya se han propuesto diferentes formas de compensar a las personas autoras, admite que estas propuestas no siempre ofrecen una solución equitativa, aunque legalmente sean conformes al sistema. Además, destaca una faceta de los derechos de propiedad intelectual que suele pasarse por alto en los debates centrados en los derechos de explotación: los derechos morales, que otorgan al autor la potestad de establecer limitaciones o especificar los usos que se pueden hacer de su obra.
En cuanto a la negociación de los derechos de explotación en algunas industrias creativas, es importante destacar que estos derechos no son gestionados individualmente por la persona autora, sino por entidades colectivas, como CEDRO o la SGAE. La regulación del Parlamento Europeo sobre Inteligencia Artificial exige transparencia respecto a los datos utilizados por las aplicaciones generadoras de contenidos, lo que permitiría a estas entidades reclamar específicamente por los usos indebidos, además de crear un canon que dichas plataformas tendrían que abonar a los creadores.
Sin embargo, según Capote, estos procesos generan reticencias, ya que muchos artistas consideran que las cesiones de derechos realizadas a través de estos acuerdos, mediante el pago de un canon, podrían reducir significativamente sus ganancias y, en algunos casos, comprometer sus derechos morales sobre su obra. «Aunque formalmente el acuerdo respeta la ley, materialmente no ofrece una solución definitiva desde la perspectiva del autor, quien podría llegar a ver la adopción de estas regulaciones como una traición», señala Capote.
Titularidad y derechos de obras generadas por IA
Además, existe otro ámbito en esta problemática relacionado con la atribución de la titularidad de las obras generadas por aplicaciones que utilizan inteligencia artificial, así como la determinación de los derechos que las protegen. Capote aboga por explorar diversas opciones, que no necesariamente impliquen otorgar los mismos derechos que a una obra artística original. Según él, hay un elemento clave que distingue la creación humana de la creación de una máquina: «Crear implica un acto volitivo, una decisión de actuar, y desde el punto de vista legal, podemos considerar que la máquina no tiene esta capacidad, ya que simplemente sigue órdenes», explica. En consecuencia, la premisa para la protección de la creación no sería aplicable. Esto no significa que los productos resultantes no puedan ser reconocidos, pero podría ser necesario considerar otras alternativas. «Existen derechos relacionados con la explotación que no se equiparan a los de una creación, como sucede con las bases de datos», menciona, sugiriendo una posible vía a explorar.
En este sentido, es importante destacar que las negociaciones sobre la regulación de la propiedad intelectual evidencian que las normas nunca son neutrales, sino que son el resultado de las influencias de diversos grupos de presión de ámbito nacional, europeo e internacional. Esto puede generar situaciones en las que las diferencias entre normativas ocasionen disparidades en la evaluación de un mismo caso en distintos territorios. Capote señala que esto ya se observa en el ámbito del software. En algunos estados de EEUU, los tribunales han dictaminado que el código fuente puede ser patentado, mientras que en la Unión Europea la normativa establece que, si bien tiene derecho a protección, este no es patentable, lo que determina fallos judiciales diametralmente opuestos respecto de un mismo caso.
En este sentido, Capote señala como otro aspecto que debe tenerse en cuenta en relación a la aplicación de la normativa sobre protección de la propiedad intelectual el hecho de que muchas de las cuestiones que se plantean son de naturaleza extra jurídica, al implicar conceptos como creatividad, originalidad o identidad de marca. En estos casos, señala, siempre es fundamental contar en el proceso con profesionales del sector que puedan ofrecer una valoración experta sobre estos aspectos a los que la normativa no llega.
Formación a futuros profesionales
El docente de la Universidad de La Laguna considera que existe un evidente desafío en cuanto a la concienciación, formación y divulgación respecto a la vulneración de derechos protegidos por la propiedad intelectual en acciones cotidianas. Muchas personas no son conscientes de los términos de uso a los que acceden al utilizar herramientas que permiten generar imágenes graciosas o vídeos con modificaciones en la voz. A menudo, los productos generados incumplen normativas que van más allá de la propiedad intelectual, afectando incluso a los derechos de imagen y personalidad de los individuos. Por ello, subraya la importancia de formar a los futuros profesionales sobre estos temas.
En este contexto, el profesor del Departamento de Disciplinas Jurídicas Básicas resalta los seminarios organizados por la Cátedra Tomás y Valiente y la Cátedra Pedro García Cabrera sobre fotografía y el uso de imágenes, uno de los temas que genera más problemas en el ámbito de la propiedad intelectual. Además, menciona que en los cursos de iniciación a la divulgación científica, organizados por el Aula de Divulgación Científica, se incluyen módulos sobre propiedad intelectual e industrial, partiendo de la premisa de que el personal investigador debe ser consciente de la necesidad de registrar sus resultados antes de divulgarlos para garantizar su protección.
En relación con los retos de la propiedad intelectual en el ámbito académico, Capote señala dos puntos clave: los debates sobre la gestión de la propiedad intelectual en la investigación universitaria y la necesidad de una formación específica en todos los niveles de la institución. Considera esencial consolidar una formación en esta área, ya que los usos de ciertos recursos en la educación superior y la investigación varían según la disciplina. En su opinión, aún existe una carencia formativa, especialmente en las etapas iniciales, sobre los derechos y usos relacionados con la propiedad intelectual.
Asesoramiento a la comunidad universitaria
Dentro de la Universidad de La Laguna se han establecido distintos servicios y procedimientos para informar y asesorar a la comunidad universitaria en materia de propiedad intelectual y resolver las principales dudas que estas normativas generan en el ámbito académico.
La Oficina de Transferencia de Conocimiento (OTC), perteneciente al Vicerrectorado de Investigación y Transferencia, actúa como el órgano responsable de la gestión de la Propiedad Intelectual e Industrial en la institución, para lo que se ha establecido un servicio de asesoramiento que informa acerca de las distintas modalidades de protección de los resultados de la investigación desarrollada en la universidad. Entre los procedimientos que ofrece, se incluye el registro de la propiedad intelectual, la solicitud y gestión de marcas, la tramitación de patentes y modelos de utilidad y la negociación de contratos de licencias de explotación.
El personal investigador interesado en la asistencia en esta materia puede rellenar un formulario disponible en la web, mediante el cual se podrá además solicitar el registro de obras artísticas, metodologías y herramientas de trabajo, juegos educativos o software, entre otros. En esta tramitación se contemplan además situaciones como la cotitularidad de una obra o la colaboración en su creación con distintas instituciones académicas o de investigación. Asimismo, el personal de la OTC atiende consultas para resolver discrepancias acerca de casos específicos de propiedad intelectual e industrial, remitiéndose en el caso de que sea necesario a despachos legales especializados con los que se mantienen acuerdos de colaboración con este fin.
Por otro lado, la Biblioteca de la Universidad de La Laguna cuenta desde hace varios años con un Servicio de Asesoramiento sobre Propiedad Intelectual, con el objetivo de proporcionar soporte a la comunidad universitaria acerca de derechos de autor, los usos que pueden dar a la información recabada en su investigación o cuestiones de propiedad intelectual. Partiendo de iniciativas similares puestas en marcha en otras instituciones académicas del país, este servicio, accesible a través de un formulario web, está coordinado por personal de la Biblioteca, pero cuenta con el apoyo de un equipo multidisciplinar que incluye miembros del profesorado al que se remiten aquellas cuestiones que precisen de una valoración más exhaustiva. Asimismo, la Biblioteca de la Universidad de La Laguna ha puesto a disposición una sección en su web con información básica sobre este asunto.
José Manuel Erbez, jefe de la Sección de Coordinación de la Biblioteca, destaca que una de las principales preocupaciones sobre el uso de materiales protegidos por propiedad intelectual en la universidad se centra en las aulas virtuales y el contenido publicado en revistas de acceso abierto. Por ello, y con el fin de promover una mayor accesibilidad al conocimiento, en los últimos años se ha intensificado la concienciación entre el profesorado y la comunidad universitaria sobre el uso de materiales con licencias Creative Commons. Estas licencias, de carácter gratuito, permiten el uso de obras protegidas sin necesidad de permiso expreso, siempre que se cumplan ciertas condiciones, como reconocer a los autores originales.
Además de recomendar el uso de estos materiales en plataformas como el aula virtual, la Biblioteca fomenta que las publicaciones derivadas de investigaciones se licencien, siempre que sea posible, bajo licencias Creative Commons. Todo esto forma parte de un esfuerzo por promover la ciencia abierta, protegiendo adecuadamente los derechos de autor y, al mismo tiempo, mejorando el acceso al conocimiento y los avances científicos para la sociedad. Erbez subraya que este enfoque no solo beneficia la difusión de la ciencia, sino que también incrementa el impacto de las publicaciones. En este sentido, la Universidad de La Laguna, como miembro de la CRUE, participa en los Acuerdos Transformativos, que permiten la publicación de artículos de investigación en acceso abierto sin coste adicional para los investigadores, promoviendo así la Open Science.
Este reportaje es una iniciativa enmarcada en el Calendario de Conmemoraciones InvestigaULL, proyecto de divulgación científica promovido por la Universidad de La Laguna.
Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (Cienci@ULL)