Nos solidarizamos con el pueblo y la comunidad educativa ucraniana.

Porque:

  1. Condenamos cualquier tipo de manifestación de violencia de una persona sobre otra y de un pueblo sobre otro.
  2. En la comunidad académica internacional educamos para el respeto a la diferencia, la dignidad humana, el diálogo, las soluciones pacíficas y la cooperación.

Por la solidaridad y fraternidad de todos los pueblos del mundo.

«Venceréis, pero no convenceréis»

Pocas frases resumen tan bien como ésta, atribuida al entonces Rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, la ejemplaridad que debe caracterizar a la Universidad en la defensa de la democracia y la denuncia de la violencia. Aunque no existe acta ni grabación de aquella celebración del 12 de octubre de 1936 (en la que el general Millán-Astray lanzó una soflama que pretendía justificar una internacionalización de la incipiente guerra civil), y los testimonios difieren en detalles, la frase en cuestión ha pasado a la historia y al ideario de las universidades españolas.

La guerra siguió su curso, con el apoyo de dos grandes dictadores y la neutralidad de las democracias europeas y, como deseó Millán-Astray, seis meses después de su término, las pruebas de fuego del novedoso armamento, junto con la confianza que les infundió el hecho de haber actuado con impunidad durante tres años sin reacción europea efectiva, contribuyeron a la decisión de dar rienda suelta a sus afanes de expansión, desencadenando la II Guerra Mundial.

Frente a la agresión y la violencia, la comunidad universitaria sólo puede responder con la razón, el diálogo y la solidaridad. ULL Internacional está comprometida con los valores de desarrollo humano universal, con el sentir de la inmensa mayoría de la sociedad y con los valores democráticos, que nos fueron negados formalmente durante las décadas de la dictadura, pero no arrebatada de nuestro espíritu como institución progresista, comprometida y solidaria.

ULL Internacional abomina el sufrimiento humano, especialmente cuando lo produce la violencia injustificada y la ambición, y se compromete en acciones de cooperación para reducirlo o remediarlo.

Por todo ello, creemos expresar el sentir de nuestra Alma mater al manifestar nuestro más firme apoyo al pueblo ucraniano y suscribimos la creciente ola de reacciones internacionales que nos da esperanza y orgullo de una Europa que ha aprendido de su historia y está dispuesta a mostrarse unida en defensa del más débil y decididamente en contra de cualquier clase de tiranía.

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