Ernesto Pereda “Creo que la importancia de los rankings es relativa, hay que hacerle caso hasta cierto punto”.

FECHA: 30/10/20

Juanjo Martín/

Hipótesis/

Foto: Emeterio Suárez/

El origen de la palabra Universidad deriva del latín universitās magistrōrum et scholārium, que significa “comunidad de Profesores y académicos”. Esta definición solo hace referencia a una parte de la institución, la Universidad es más que un grupo de profesores que imparten clase. La universidad es conocimiento, pensamiento crítico, investigación, convivencia, valores, comunidad…

Ya desde la creación de la Universidad de Bolonia, allá por el año 1088, se tenía claro que sus objetivos deberían incluir la formación de profesionales, la investigación científica y la enseñanza del pensamiento crítico; y todo esto con el objetivo de mejorar la sociedad.


Podemos decir que una universidad es como un pueblo, de hecho, hay algunas que tienen más población que muchas ciudades pequeñas de España. Por ejemplo, la Universidad de La Laguna tiene 1.800 investigadores y profesores, 877 personas de administración y servicios y unos 19.500 alumnos, en total algo más de 22.000 personas. Más que Calatayud, Moguer o Los Llanos de Aridane.

Queremos conocer más sobre cómo investiga La Universidad de La Laguna, y quién mejor para hablarnos de esto que el vicerrector que tiene la encomienda de velar por la I+D universitaria. Ernesto Pereda, es catedrático de Ingeniería Eléctrica y Vicerrector de Investigación, Transferencia y Campus Santa Cruz y Sur de la ULL.

 P. No se entiende la universidad sin investigación y docencia. ¿Cómo podemos potenciar esta relación?

R. En efecto, la universidad tiene una doble misión, está la transmisión del conocimiento a través de la docencia. Pero no seríamos universidad si no fuéramos capaces de generar nuestro propio conocimiento a través de la investigación y de la transferencia. Esta vinculación se daba sobre todo en los últimos cursos de grado y máster.  Lo que hay que hacer para intentar mejorarla es conseguir que aquellas personas que tienen una investigación activa puedan transmitir lo más relevante de ella a la docencia, y sobre todo que, aquellos profesores que está haciendo solo docencia puedan hacer algo de investigaciónP

P. La ULL está viviendo una renovación generacional, muchos investigadores se jubilarán en los próximos años ¿Cómo se debe hacer ese relevo para no perder talento y experiencia en el proceso?

R. El relevo generacional hará que muchos buenos investigadores que han aportado mucha calidad investigadora de la Universidad se jubilen en los próximos meses. Para evitarlo lo que se ha hecho desde la Universidad es la puesta en marcha un plan de profesorado emérito que acaba de estrenar su primera edición. Así los mejores investigadores pueden continuar dos años más con nosotros y aportar su conocimiento y su experiencia investigadora tanto a la propia Universidad como aquellos jóvenes que se vayan incorporando a su grupo de investigación, para que toda esa experiencia y conocimiento no se pierda. Es una buena forma de simultanear la gente que sale con la gente que llega y que esa experiencia no se pierda.

P.  La investigación depende en gran medida de la financiación que obtenga. ¿Cuánto dinero han captado los investigadores/as de la ULL?

R.  Hemos conseguido este año más de 2 millones de euros a través de los programas de Plan Nacional, recientemente ha salido la convocatoria de retos de colaboración con la empresa. También hemos obtenido financiación para infraestructuras científico – técnicas del Gobierno de Canarias. En estos momentos estamos inmersos en la solicitud de ayudas de la Fundación Caixa, así como esperando que salgan las convocatorias del Gobierno y los proyectos europeos de este año.

P. Para lograr esta financiación se miran con lupa las publicaciones de los científicos/as. ¿Qué opina del sistema de publicación de revistas? ¿Está obsoleto? ¿Es una tiranía comercial?

R. Está claro que el sistema de publicación en revistas científicas tiene que sufrir un cambio importante en los próximos años. Ya desde la biblioteca de esta Universidad, por ejemplo, se está trabajando conjuntamente con el resto de universidad españolas para llegar a acuerdos formativos con las editoriales más importantes del sector, con el fin de que se pueda dar un paso en la dirección del acceso abierto el que no sólo se pueda hacer lectura de los trabajos sino también que todos los artículos que se publican por las universidades españolas están en abierto. Por ejemplo, en Inglaterra se ha puesto en marcha una iniciativa para publicar en abierto todas las investigaciones que se realizan con fondos públicos. Yo creo que es importante, en cuanto a la métrica de las revistas, y también es algo en lo que hay que avanzar, ya que se ha reducido una revista a un número que facilita las comisiones evaluadoras para poder determinar si un artículo es mejor o peor, pero está claro que ahí solo se ve el efecto que tiene la propia revista no el valor de los artículos que hay en ella. 

P. Y después están los rankings ¿son importantes? ¿hay que hacerles caso?

R. Creo que la importancia de los rankings es relativa, hay que hacerle caso hasta cierto punto en el sentido de que son una foto en la que permiten ver tu situación en un momento determinado. Cada uno puntúa una cosa diferente y en algunos casos se valoran cosas que desde la universidad española es muy difícil competir, como por ejemplo la atracción de premios Nobel, algo que se pone como ejemplo en el ranking de Shanghái. En España es prácticamente imposible por el sueldo que pagamos y la forma de reclutar, además el ecosistema de investigación que hay alrededor no es competitivo ni se puede comparar con el de otros países de Europa o de los Estados Unidos.

P. Nos encontramos en un año que marcará seguramente un antes y después en la docencia y la I+D. ¿Cómo se está adaptando la universidad a esta nueva realidad en las aulas, laboratorios y centros de investigación?

R. Ha sido un año complicado. Como en el resto de las actividades sociales, hemos tenido que parar abruptamente, nos hemos tenido que adaptar a la nueva realidad con el mismo presupuesto, tuvimos que pasar de forma automática a la Universidad no presencial para lo cual hemos tenido que hacer una importante inversión con fondos propios, que he llevado desde la adaptación de las aulas hasta el refuerzo del campus virtual. Hemos tenido que reforzar las medidas sanitarias en toda la Universidad, con actuaciones en todos los campus. En los laboratorios, del mismo modo, se aumentarán y reforzarán las medidas de seguridad. Sabemos que el personal actuará con precaución para que las cosas puedan seguir siendo lo más parecido a lo que era la antigua normalidad. No sabemos cuánto tiempo va a durar. Quiero agradecer tanto al profesorado como a los estudiantes y a los investigadores que hayan sido capaces de adaptarse sin que se hayan producido ningún tipo de incidente ni problema. La comunidad universitaria está dando un ejemplo de adaptación en el que habrá que seguir profundizando hasta final de año y probablemente también el año que viene.