OBSERVATORIOS CIUDADANOS PARA LA GESTIÓN DE RIESGOS GEOLÓGICOS EN CANARIAS

FECHA: 23/12/20

Juan C. Santamarta, Jesica Rodríguez-Martín y Noelia Cruz-Pérez

Universidad de La Laguna.

Desprendimiento en la carretera de Los Olivos, Gran Canaria. (Foto: Alejandro Ramos).

¿Conoces algún observatorio ciudadano que esté en marcha cerca del lugar en el que vives? ¿Sabes qué utilidad tiene? Bien, un observatorio ciudadano es un espacio colaborativo entre los habitantes de una determinada área geográfica que se unen para participar activamente en la gestión de un tema de interés común. La gran ventaja de esta fórmula es que permita la implicación de la ciudadanía en la gestión de su entorno lo que facilita la prevención y la supervisión.

Los desprendimientos de rocas son sucesos recurrentes en el archipiélago canario (y en toda la Macaronesia) y se dan con mayor probabilidad después de episodios de lluvias. El estudio de las trayectorias de caída de rocas tiene interés en nuestras islas, tanto científico como para los gestores públicos de bienes, inmuebles o vías de tránsito. Cuando la caída de rocas se produce en el medio natural y no hay que lamentar daños personales ni materiales la cuestión no tiene mayor trascendencia desde el punto de vista social. Sin embargo, no es así cuando esta provoca daños materiales y/o personales, afectan a las vías de tránsito, a edificios o a las personas que circulan por el área afectada por los desprendimientos. 

En el marco de un proyecto europeo (AGEO) en el que participa la Universidad de La Laguna estudiaremos este fenómeno en las islas de Tenerife, Gran Canaria y El Hierro. En las Islas Canarias es común este fenómeno, del que hay numerosos registros históricos. Sin embargo, los epifenómenos asociado al cambio climático, tales como el aumento en la intensidad y en frecuencia de las lluvias torrenciales, aumentan significativamente la inestabilidad de laderas y taludes, la frecuencia de los desprendimientos y por tanto los riesgos para los sistemas humanos y naturales. En nuestras islas los desprendimientos son más frecuentes entre los meses de octubre a marzo, los meses más lluviosos. Durante esos meses suelen ser más habituales episodios de niebla, que dificultan la rapidez de reacción de un conductor, en el caso de encontrarse con un desprendimiento en una vía de circulación. 

Es por todo esto que la participación de la población permite agilizar los procesos de retirada de elementos de las vías y prevenir caídas mayores, sobre todo, si hay se observa caída recurrentes de rocas pequeñas. Tanto si la inestabilidad se ha producido, como si se trata de un talud del que se quiera conocer su estado es preciso realizar un reconocimiento del lugar, tarea en la que la ciudadanía puede colaborar eficazmente. Algo que se puede hacer en el caso, por ejemplo, de que se haya producido un desprendimiento que afecte a una carretera en particular, a través de una aplicación informática desde donde puedan informar de la caída de rocas. Esta información llegaría a los servicios de protección de carreteras y facilitará una respuesta temprana. Esta información será útil además de para los servicios de emergencia para la comunidad científica, desde el momento que contar con registros de los desprendimientos y sus características como los periodos de ocurrencia, las zonas afectadas, el tamaño de las rocas y sus trayectorias, entre otras. Información que es de utilidad para la gestión eficiente de estos sucesos.

Europa cuenta con un servicio, Copernicus, que facilita, a través de sus satélites información en tiempo real sobre fenómenos geológicos de distinta naturaleza, así como meteorológicos e incendios. La participación ciudadana a través de los observatorios ciudadanos viene a complementar estos servicios con los que se ya cuenta tanto a nivel nacional como europeo permitiendo así responder ágil y eficazmente, entre todos a este tipo de emergencias cada vez más frecuentes en Canarias.