PLOCAN, aprovechando nuestra ventaja

FECHA: 30/11/2018

AUTOR HIPÓTESIS

INFOGRAFÍA VERÓNICA MORALES

No hace mucho tiempo, algunas décadas atrás, todas las regiones aspiraban a ser líderes en todo. Los mejores, los números uno en cada una de las disciplinas del amplio abanico cultural, social o científico. Los mejores teatros, estadios, aeropuertos, hospitales o centros de investigación. Como es imposible que más de uno pueda ser el primero, los administradores no tardaron en iniciar campañas de propaganda avalando las bondades de sus instalaciones y recursos. El problema vino cuando varias regiones se atribuían titulares del tipo “el primero de Europa” o “el mejor del mundo”. Y pronto se hizo evidente para todos que estas atribuciones eran, como poco, muy generosas y autocomplacientes.

Ante la insostenibilidad de pretender que todos fueran buenos en todo, se hizo evidente para muchos lo que por otra parte es obvio: el objetivo debe ser la excelencia. Y es que ya no vale solo con ser bueno, ya no basta con un notable alto; para ser es necesario ser sobresaliente. Pero para que un territorio o región pueda optar a la excelencia tiene que contar con alguna ventaja que le facilite alcanzarla, tener un As bajo la manga, una ventaja estratégica.

Canarias es un archipiélago africano cercano a las costas de África. Eso es algo que, por ejemplo, Galicia no tiene y por tanto, por mucho dinero y esfuerzo que pueda dedicar a algún objetivo concreto, jamás, dejará de ser lo que es, un territorio continental. Resulta también que dos de las Islas Canarias, Tenerife y La Palma, son elevadas y por su situación, su atmósfera es especialmente transparente, lo que las convierte en ideales para la observación del cielo. Otra ventaja: muy cerca de las costas de las islas, el mar alcanza profundidades abismales. Así, mientras que en el Mediterráneo una embarcación tiene que navegar mar adentro durante horas para encontrar fondos de 2.000 metros, en algunos lugares de Canarias esa profundidad casi está a tiro de piedra de la costa.

Son las características geofísicas y geográficas las que marcan las diferencias de una región a otras y las que deben explotarse para tener una opción a la excelencia. En este sentido, Canarias ha definido varios ejes estratégicos y uno de ellos es la investigación marina. Y si hablamos de investigación marina, tenemos que poner rumbo al noroeste de Gran Canaria. A 1,5 kilómetros de la costa se encuentra una plataforma que da nombre a un ambicioso proyecto como es el de establecer un laboratorio marino permanente y aprovechar las condiciones naturales de las islas para la exploración oceánica.

Así nació la Plataforma Oceanográfica de Canarias (PLOCAN). En 2007, PLOCAN se convirtió en un proyecto oficial a partir de un proyecto inicial gestionado por su impulsor y actual director, Octavio Llinás. Desde entonces y a lo largo de estos años de trabajo, no siempre fáciles, se han dado interesantes resultados. Su plataforma Off-Shore ya está en las costas de Gran Canaria, sin duda la parte más visible de PLOCAN. Esta infraestructura está construida en un bloque de hormigón que descansa sobre el fondo marino, situado a 30 metros de profundidad. Coronado por un helipuerto, este edificio singular dispone de laboratorios, talleres, tanques de ensayos, aulas y hasta una cámara hiperbárica.

Está situada en una zona marinoterrestre de ensayos marinos de propiedad pública; un área de 23 kilómetros cuadrados de mar que van desde la costa hasta cotas de 600 metros de profundidad. Se pretende que esta parte de la costa de Gran Canaria sea un lugar de pruebas y ensayos de tecnologías relacionadas con las energías renovables, estructuras eléctricas y submarinos. PLOCAN no solo quiere ser un centro de investigación. Aprovechando su privilegiada posición, será un observatorio para el monitoreo y modelización de fenómenos marinos como corrientes u oleaje.

Robots Submarinos

Los conocimos, primero en el cine y la literatura de ciencia ficción, luego los vimos en las fábricas, realizando el trabajo más duro y agilizando la cadena de montaje. Más tarde, tocaron a la puerta de nuestros hogares para barrer el polvo o para cortar el césped. Ahora, ya casi estamos acostumbrados a verlos volar sobre nuestras cabezas, ¿quién no ha visto un dron? Pero los robots también surcan los océanos. Robots con aspecto de torpedos son capaces de cruzar los grandes océanos tomando y registrando las condiciones ambientales marinas en su viaje.

Los robots submarinos o “planeadores” están llamados a enseñarnos el océano como nunca antes lo habíamos visto. Capaces de navegar de forma autónoma, varios de estos prototipos surcan ya por los mares y océanos del planeta recabando datos y batiendo récord de permanencia en el océano. Algunos de ellos han partido de PLOCAN. Pronto los robots podrán sustituir los peligrosos trabajos que en estos momentos realizan buzos, podrán tender cables submarinos o medir el calentamiento de los océanos.

La robótica no es solo materia de ingenieros y grandes laboratorios. Desde hace años, en la iniciativa “FIRST LEGO League”, los amantes del mar y de la última tecnología, también tienen la oportunidad de desarrollar sus propios prototipos marinos. PLOCAN participa en dos iniciativas que dan rienda suelta a los escolares más intrépidos. Uno de ellos es Educational Passages, una iniciativa que invita a alumnado de secundaria a construir, en su asignatura de tecnología, barcos a vela de 1,5 metros de eslora y 20 kilos de peso que, soltados en alta mar, son luego monitorizados con GPS durante su travesía. El segundo proyecto se denomina Rovsteam y plantea la construcción de robots marinos operados remotamente a partir de herramientas de bajo coste, con hardware y software libres.