AVISTAMIENTOS Y CONSERVACIÓN DE CETÁCEOS EN AGUAS CANARIAS: EN BUSCA DEL EQUILIBRIO

AVISTAMIENTOS Y CONSERVACIÓN DE CETÁCEOS EN AGUAS CANARIAS: EN BUSCA DEL EQUILIBRIO

 

Patricia Arranz

Universidad de La Laguna

La Condición Corporal (CC) es un índice fisiológico que representa las reservas energéticas de un animal. Es el caso del cociente entre la longitud corporal y la anchura. Los animales con mejor CC tendrán mayores reservas de energía y por tanto una mayor probabilidad de supervivencia y éxito reproductivo; también tenderán a ser más resilientes frente a amenazas o condiciones estresantes. En general, y dentro de una misma población, los individuos más jóvenes poseen mayores índices de CC; valores que tienden a disminuir con la edad por las demandas que suponen la reproducción, la alimentación y/o el cuidado parental.

 

La estimación de la CC en animales es fundamental, por tanto, para el conocimiento y seguimiento del estado de salud de sus poblaciones. Debido a la dificultad de realizar medidas corporales en animales salvajes de gran tamaño en el medio marino, la condición corporal de los cetáceos ha sido poco estudiada.

 

Los vehículos aéreos no tripulados o drones han revolucionado el estudio de la CC de éstas y otras especies de difícil acceso; especialmente en el caso (durante la última década) de las grandes ballenas con barbas (Misticetos). Los drones permiten tomar imágenes aéreas y perpendiculares del cuerpo de los animales, permitiendo estimar sus dimensiones, longitud y anchura¸una técnica conocida como fotogrametría. Estas técnicas deben, sin embargo, ser validadas experimentalmente, algo que de momento sólo se ha conseguido en el caso de cetáceos con dientes (Odontocetos), en el calderón de aleta larga (Globicephala melas) en cautividad. Las medidas fotogramétricas deben ser precisas, lo que requiere que el contorno del cuerpo del animal sea completamente visible; aspecto este que presenta especiales problemas en el caso de cetáceos en libertad de mediano y pequeño tamaño. 

 

Canarias cuenta con poblaciones de calderón de aleta corta (Globicephala macrorhynchus); siendo la más relevante la localizada en el suroeste de Tenerife. Esta población se caracteriza por que se mueven en zonas cercanas a la costa y porque es de relativo gran tamaño (unos 400 individuos). La importancia de esta población es mundial; sólo se conocen poblaciones residentes de esta especie, además de la de Canarias, en Japón, California y Hawaii. 

El calderón de aleta corta es un cetáceo de tamaño mediano, de 6 metros de longitud y hasta 2700 kilogramos de peso. Tienen un cuerpo alargado y robusto y una cabeza bulbosa. Presentan una cola musculosa triangular que parece guardar relación con su característico comportamiento de buceo en profundidad, lo que ha dado lugar a que sean conocidos como los guepardos de las profundidades. Los calderones utilizan el sonido para comunicarse y encontrar alimento a más de 1000 metros de profundidad, en un proceso similar al utilizado por los murciélagos, llamado ecolocalización o localización por ecos, razón por la que son muy sensibles a la contaminación acústica de su hábitat.

 

El suroeste de Tenerife fue declarado Zona Especial de Conservación por la Unión Europea y, más recientemente, Patrimonio Mundial de Ballenas y Punto de Esperanza Marina (Hope Spot) internacional. Se trata del primer espacio europeo que lo logra. Ocurre, además, que desde la década de los 90, la población de calderones de Tenerife está sujeta a una intensa actividad de avistamiento comercial y recreativo. Como consecuencia de ello su población se encuentra afectada por distintos tipos de impactos de origen humano, como por ejemplo el ruido generado por las embarcaciones. Un estudio reciente liderado por la Universidad de La Laguna, proyectos FILMAR (FCT-19-14411) e INMAR (EIS-2020-07), demuestra que el ruido generado por las embarcaciones de avistamiento comercial puede reducir en un 29% el tiempo de descanso de las hembras de calderón tropical y en un 80% el tiempo de amamantamiento de sus crías, lo que puede afectar negativamente a su la supervivencia. 

 

La creciente presión humana en el ecosistema marino, ligada al incremento del sector de turismo náutico, las pesquerías de profundidad y el transporte marítimo, entre otros, son factores determinantes de la CC de estas especies, la cual variará en función de factores como la disponibilidad de alimento, la posibilidad de descanso o la calidad acústica del hábitat.

La investigación de las poblaciones de cetáceos de Canarias es imprescindible para conocer cómo se comportan, por dónde se mueven, qué necesitan y, sobre todo, qué les daña. A partir de este conocimiento será posible establecer normativas, prácticas y protocolos basados en evidencias que permitan la posibilidad de los avistamientos pero sin comprometer la integridad de la fauna marina. Lograr ese equilibrio es importante para Canarias por su importancia económica: el avistamiento comercial de cetáceos es la segunda actividad más demandada por los casi 15 millones de turistas que nos visitan cada año.  Solamente en Tenerife la practican anualmente más de 700.000 personas. El desafío es por tanto compatibilizar la actividad comercial con la conservación del hábitat y, si bien es cierto que la legislación canaria es especialmente respetuosa al respecto, siempre hay margen de mejora. 

En este contexto se desarrolla en la actualidad el proyecto CETTUS, liderado por la Universidad de La Laguna en el marco del programa Agustín de Betancourt, que  cuenta con el apoyo de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación y del Cabildo Insular de Tenerife. Su objetivo trasciende lo estrictamente biológico: se busca introducir mejoras que permitan que la actividad de avistamiento se desarrolle de manera que pueda seguir siendo económicamente rentable para las empresas a la vez que respetuosa con los animales. Se relacionan aspectos como la actividad turística de avistamiento y el transporte marino con factores medioambientales y de calidad de vida de los animales. Se trata, en definitiva, de un ejercicio de transferencia en el que el conocimiento científico se pone al servicio de la sostenibilidad y la mejora de la calidad de un producto turístico.

 

Figura 1. Equipamiento utilizado para el lanzamiento y recogida del dron (guantes, gafas protectoras y casco) desde la embarcación ESIEL propiedad de la empresa Whale Wise Ecotours.

Figura 2. Grupo familiar de calderón tropical con crías grabado con dron en el SW de Tenerife por el equipo de investigación BIOECOMAC, de la ULL.