Héctor Socas: “Me gustaría convertir el Museo en un Centro de Cultura Científica”

FECHA: 27/09/2019

REDACCIÓN JUANJO MARTÍN

Un museo es un lugar que enseña algo al visitante. Los hay de muchos tipos: de historia, de pintura, de artefactos militares, de coches. Los hay también que enseñan máquinas de tortura o piezas de cerámica. Hay un museo para cada cosa, solo hay que buscarlo. Los museos, además de ser una herramienta didáctica, también pueden ser emblemas de la ciudad que los acoge; este es precisamente el caso de nuestro protagonista.

Su historia comenzaba allá por el año 1993 en un terreno anexo al Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Su estandarte es la gigantesca antena situada en su terraza que en su día mandaba mensajes a otros posibles habitantes del Universo. Es el Museo de la Ciencia y el Cosmos.

Los museos de ciencia eran como el resto de museos, en sus vitrinas se podían ver colecciones de insectos o minerales; ejemplos del “mírame pero no me toques”. Estos museos clásicos se han ido adaptando a las nuevas tendencias en las que impera el “prohibido, no tocar”. Pero en el caso de nuestro museo, este nació joven.

El Museo de la Ciencia y el Cosmos es un espacio para entender mejor el universo que nos rodea. Consta de una serie de módulos interactivos que nos enseñan cómo nos engañan los sentidos o nos explican el funcionamiento del interior del Sol. Este es la catedral de los más curiosos de la casa.

El museo pertenece al Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife y goza de algo más que una cercanía física con el IAC. De hecho está vinculado al IAC administrativamente en virtud de la cual sus directores son investigadores o investigadoras de esta institución. Es el caso de actual director, recientemente incorporado a su puesto, y al que queremos conocer.

¿Cómo ha sido el aterrizaje en este puesto de Director del museo?

Muy bien, aun estoy aprendiendo. Es una experiencia nueva para mí, muy diferente. Aun estoy conociendo al personal, esto es lo primero, son el mejor patrimonio del museo. Gracias a ellos sé que esto lo vamos a sacar adelante.

¿Cuándo te propusieron ser Director, ¿por qué aceptaste?

Porque me gusta mucho todo lo relacionado con la comunicación científica y creo que el museo es el lugar ideal para hacerlo. A mí no se me había ocurrido aspirar a este puesto pero cuando me lo propusieron se me ocurrió que este museo sería una buena plataforma para impulsar varios proyectos y hacer lo que me gusta. Desde organizar tertulias y conferencias hasta ser la interfaz entre los investigadores y la sociedad. Me gustaría que podamos servir de punto de reunión entre las personas que tienen interés por la ciencia y los mejores investigadores e investigadoras. También con los medios de comunicación, quiero lograr que nos tengan de referencia y puedan informarse mejor con nosotros.

¿Provienes de la Física Solar, pero poco a poco te has ido aproximando a la comunicación, ¿cómo ha sido este viaje?

Ha sido una evolución. La comunicación y divulgación me dan una visión más general. Yo comencé trabajando en Física Solar pero me gustaba toda la Astrofísica. Al principio comienzas con una visión muy estrecha y especializada de tu área y poco a poco el bagaje acumulado hace que tu mirada se amplíe y vayas conociendo otras áreas. Esto me ha dado grandes satisfacciones; me ha permitido conocer otras campos de la Astrofísica y me hace sentir más realizado. Cuando acabé el doctorado marché a EE.UU. donde estuve muchos años trabajando, pero siempre con la intención de volver algún día. Allí se trabaja muy bien y se cobra más, pero sobre todo me movía una razón. Trabajaba en un centro de Física Solar y echaba de menos la conexión con el resto de la Astrofísica. Aquí, en el IAC, sí lo tengo; se estudia todo, desde la Arqueoastronomía, pasando por los agujeros negros o los nuevos planetas. Es maravilloso porque estás continuamente aprendiendo. Mi otro proyecto divulgativo, el podcast Coffee Break, me interesa particularmente como medio para aprender de mis compañeros y compañeras, lo que me permite estar al día en este mundo.

Y ahora en esta etapa, ¿qué quieres aportar?

Estoy comprobando que cada día estoy más ilusionado con las cosas que me gustaría hacer y que básicamente son dos. Una es sacar el museo a Internet. Me gustaría que todo lo que se haga aquí se pueda seguir a través de la red y de las redes sociales; aumentar así su impacto y que podamos llegar al público que no está aquí. El hecho de que se pueda presenciar una charla desde cualquier parte del mundo con la posibilidad de hacer preguntas. El segundo tiene que ver con ofertar el museo al público adulto. Lo que percibo es que la atención a la infancia y juventud funciona muy bien; el museo es un eficaz atractor del público infantil desde el principio. Pero creo que falta ampliar la oferta dirigida al público adulto; en este sentido me gustaría convertir el museo en un centro de cultura científica, ausente en nuestra sociedad. Solemos asociar la cultura a otras áreas del conocimiento y no pensamos en la Ciencia como parte de la cultura. La Ciencia es cada vez más importante y debemos ser un centro de referencia para la sociedad y los medios de comunicación.

Un museo de ciencia no se puede quedar encerrado en sus propios muros, debe salir a la calle, el Museo de la Ciencia y el Cosmos lo ha hecho desde su comienzo allá en los años 90. Ahora dará el salto al mundo gracias a Internet. Le deseamos toda la suerte del mundo a su flamante director.

HÉCTOR SOCAS-NAVARRO

Se doctoró en la Universidad de La Laguna en 1999. Su trabajo recibió el premio de la Sociedad Española de Astronomía a la mejor tesis doctoral durante el bienio 1998/99. Entre 1999 y 2008 estuvo trabajando en Estados Unidos, en el National Center for Atmospheric Research, donde realizó tareas de investigación, con el desarrollo de instrumentación para telescopios terrestres y con su trabajo para las misiones espaciales Hinode (de la Agencia Espacial Japonesa JAXA) y SDO (de la NASA). Además, ha participado en el desarrollo del gran telescopio solar de Estados Unidos, actualmente en construcción en Hawaii, donde, entre otras cosas, ha sido el responsable científico del futuro Telescopio Solar Europeo (EST) durante diez años. Ha destacado, también, en el ámbito de la comunicación y difusión de la cultura científica; es autor de artículos en prensa regional y nacional. Creó en su momento el programa de tertulia radiofónica «Coffee Break: Señal y ruido» sobre la actualidad de la ciencia, que se emite semanalmente en varias emisoras de Canarias y del resto de España.